Tras la asunción del intendente bullrichista, el municipio, que supo ser modelo durante décadas, en apenas unos meses se convirtió en la sombra de lo que supo ser.
Hospitales sumidos en un caos, paro de las fuerzas de seguridad, suciedad en las calles y en la costa, son solo algunas de las angustiosas imágenes que se observan en San Isidro a seis mes de la asunción de Ramón Lanús.
El Hospital Central fue noticia a partir de la denuncia de vecinos y hasta periodistas de renombre como Baby Echecopar, describiendo un insólito desorden de camillas en salas y pasillos, algo ni siquiera visto en el transcurso de la pandemia.
En mayo, patrullas de seguridad municipales realizaron un paro en reclamo de mayores condiciones salariales. El titular del Sindicato de Empleados Municipales, Horacio Reynoso, denunció que “de 20 móviles salen 10 o 12 con policías y en los demás, para mostrarle al vecino una falsa seguridad, mandan a compañeros municipales desarmados, con todo lo que significa eso”.

En las últimas horas fue Juana Viale quien salió al cruce de la flamante gestión del dirigente encolumnado detrás de Patricia Bullrich. Lo hizo al exhibir imágenes del repudiable estado en el que se encuentra la costa sanisidrense, repleta de basura y totalmente abandonada, y exigiendo que la municipalidad se ocupe y de respuestas.

San Isidro, a partir de un comprometido y moderno trabajo en seguridad de la gestión del ex intendente Gustavo Posse, estuvo a punto de alcanzar los 10 años sin asesinatos por ocasión de robo. Lamentablemente, el asesinato del empresario Jorge Enrique de Marco durante el mes de marzo, ya con Lanús como flamante jefe comunal, cortó una racha que iba camino a ser historia en la provincia de Buenos Aires.
Esto genera preocupación entre los vecinos, que en solo seis meses, son testigos de como un distrito que brillaba con luz propia, a partir de una gestión profesional, transversal, y moderna, hoy es una sombra de lo que supo ser.